El topónimo es de origen árabe, sin tener claro su significado. En la época romana, primera mitad del siglo II antes de Cristo, se denominaba Petra Alta y servía de castro para el aprovisionamiento de los ejércitos romanos en el camino que iba de Monzón a Zaragoza. En consecuencia, abundan los vestigios de esta época. Entre ellos, destacan una presa que medía 180 metros de longitud por 9 metros de altura y las denominadas 'cías' (oquedades), perfectas despensas para almacenamiento de granos, que aún pueden localizarse en el subsuelo
de la población actual.
Posteriormente, en 1099, el rey Pedro I hizo donación de la villa a la iglesia de Alquézar; y desde 1179 Peralta de Alcofea formó parte del abadiado de Casbas.
En la actualidad, Peralta de Alcofea conserva las huellas de un activo poblado ibérico y romano, destacando el gran interés que tiene por el hallazgo de una necrópolis en la orilla izquierda del río Alcanadre. Este descubrimiento es del año 1975 y en él es curiosa la existencia de objetos hallados como cerámica o mosaico.
Por último, en Peralta La Vieja, en el monte donde se encontraba el pueblo ibérico, existe un antiguo reloj de sol, un hueco de piedra cortada que parece la entrada antigua de aquel monte.
En 1970 Lagunarrota se incorpora al Ayuntamiento de Peralta de Alcofea (Decreto 2172/70, de 9 de julio. BOE número 175, de 23 de julio) y, un año más tarde, en 1971 se incorpora el núcleo de El Tormillo (Decreto 2461/71, de 17 de septiembre. BOE número 245, de 13 de octubre).
Peralta de Alcofea. Breve historia
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