El topónimo de El Tormillo procede del latín Tumulus. En castellano este término significa peñasco elevado, altura. Se trata por tanto de un nombre descriptivo de la fisonomía del municipio: un poblado, un asentamiento enclavado en la zona elevada y a resguardo del viento por el efecto de cobertura que produce el saso, que es una zona de terreno elevado.
Eso podía llevar a considerar que, probablemente, el crecimiento urbanístico del pueblo se produjera, a lo largo de los siglos, desde la zona más elevada hacia la más baja, es decir, de la balsa (el actual Parque San Jorge) en dirección al barranco de La Clamor Vieja.
También el yacimiento arqueológico La Torraza de época premedieval (siglos IX al XIII) está relacionado con la etimología del nombre ya que esta necrópolis también se halla enclavada en un pequeño promontorio. En este yacimiento arqueológico hay vestigios de una necrópolis de tumbas antropomorfas talladas en piedra arenisca local. Asimismo, se pueden ver escaleras y oquedades excavadas en la roca para almacenar el grano. El poblado estaba protegido por un foso. En definitiva, se trata de una de las
necrópolis medievales más importantes de Aragón ya que podría ser el primer núcleo habitacional.
En época más reciente, El Tormillo fue sobrecudilla, vereda y corregimiento de Barbastro hasta 1834 que formó Ayuntamiento con el monte Terreu. En 1900 El Tormillo tenía más de 300 habitantes.
El Tormillo
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