El territorio de este municipio, compuesto por las localidades de Peralta de Alcofea, El Tormillo y Lagunarrota, es una llanura pre-monegrina donde conviven los campos de almendros, los de cereal y los olivares, con lindes de carrascas, coscojas, enebros y sabinas.
Sus habitantes, que tradicionalmente se dedicaron a los cultivos de secano, en las últimas décadas han transformado el paisaje dando lugar a vastas extensiones de regadío en las que se cultivan plantas forrajeras, maíz o alfalfa. Esta economía se ha visto complementada con la instalación de granjas.
Este paisaje, estacionalmente experimenta una gran variación: en primavera, representan a un pastizal verde, manchado de blanco por los almendros en flor. Tras la cosecha del cereal son bien visibles unos pocos retazos forestales, muy cálidos y secos en verano que, sin embargo, ofrecen sombra y un inolvidable olor a resina y plantas aromáticas.
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