Víctor Gías y Lourdes López cerraron el comercio familiar, en Peralta de Alcofea, hace una semana por falta de relevo generacional ya que sus hijas han elegido otras profesiones, ambas fuera de la localidad. Cerca de cuatro décadas han atendido al público en la tienda abierta por los abuelos de Víctor en “otros tiempos muy diferentes a los actuales”.
 A partir de ahora se abre un tiempo de espera en previsión de posibles propuestas, pero “la actividad familiar se ha completado por nuestra parte”, explica Víctor. “Lo fundaron los abuelos y entre tres generaciones llevamos cerca de 100 años, en estos comercios se vendía de todo, desde zapatillas hasta bacalaos. En aquellos años, mi abuelo Mariano Ciria y mi padre iban a comprar a Casa Palá y Acín, en Barbastro, eran los almacenes donde se surtían de todo, extensivo a tres viajes semanales al Mercado de Frutas en Lérida”.
 Los comercios de proximidad son esenciales en la vida comunitaria de los pueblos, “la necesidad de adaptarse a los tiempos ha llevado consigo la evolución obligatoria. Mi abuela tenía pollos a la venta que sacrificaba por encargo, y también criaban cerdos en la misma casa. En aquellos tiempos tenían de todo, hacían matanza para la venta. De aquello solo queda el recuerdo que refleja una evolución con el paso del tiempo”.
 En cuanto a la rentabilidad del negocio: “Nos ha ido bien, no habría motivos de queja, pero, claro, requiere de un sacrificio diario donde lo más importante es el público, un comercio de estas características es, también, lugar de reunión cotidiana, de encargos y de tertulias vecinales. Lourdes te contaría mejor”.
 El cierre reciente llevó consigo sentimientos inevitables. “El sábado pasado, último día, hubo de todo, emociones, lágrimas fáciles, recuerdos y congojas compartidas. En términos coloquiales, cerrar es jodido, pero llega un momento que es inevitable porque las dos hijas no siguen el negocio. Por otra parte, casi es preferible porque si no nunca nos habríamos jubilado, ya me entiendes…”
 La suegra María, con 92 años, dice “más tranquilos estaréis” y, por otra parte pregunta: “¿Y ahora qué haréis? Esta última semana ha sido muy dura, me ha recordado la pandemia, como si se acabara el mundo, vino mucha gente a comprar”.
 Desde el lunes de esta semana, puerta cerrada, en el comercio de Peralta de Alcofea. “Lourdes lo siente más, ha sido fiel a lo que dijo un día, seguiré mientras estés tú. Llevar la tienda una persona no es fácil, pero ha sido valiente y sobre todo, muy servicial. Se ganó a la clientela desde el principio”, dice Víctor.
 En la localidad sigue abierto otro comercio de similares características que regentó Obdulia Gracia desde que lo abrió su padre y cuando fue posible lo traspasó a los propietarios actuales, “sin tanta antigüedad pero siguen con la puerta abierta”, explica Víctor. 
Fuente: Diario del AltoAragón, 16 de agosto de 2025.
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